Una entrevista con Christopher (Hareesh) Wallis por Ilya Zhuravlev, para su publicación en ruso en la revista Wild Yogi magazine. Berkeley, California, Agosto de 2011
Ilya: ¿Podrías contarme un poco sobre tu nuevo libro “Tantra Iluminado: La Filosofía, Historia y Práctica de una Tradición Atemporal”?
Hareesh: El libro comienza con introducción que explica la definición de “tantra”. Este tema resulta muy complicado, de tal forma que la introducción ofrece distintas definiciones. Luego, el primer capítulo, que constituye una tercera parte del libro, cubre la filosofía no dualista del Śaiva Tantra –la visión de la realidad de acuerdo con el Tantra Shivaíta No Dualista, explicado en detalle. El segundo tercio del libro está dedicado a la historia, y habla de las dos principales corrientes del Tantra: la de izquierda y la de derecha, no dualista (vāmāchāra) y dualista (dakshināchāra) etc. La corriente de derecha se apega a los Vedas y a la conducta brahmánica ortodoxa, mientras que la de izquierda no. Muchas de sus diferencias se describen en este capítulo, y de hecho en el libro hay un diagrama que ilustra las diferencias entre las corrientes de izquierda y derecha. La corriente de izquierda hace énfasis en el no dualismo, la veneración del aspecto femenino, la figura de la mujer, la transgresión de las normas sociales, los simbolismos mortuorios (cráneos, espacios de cremación, etc.) y en los gurúes carismáticos, es decir, a los gurúes que son capaces de otorgar la iniciación con una sola mirada o pensamiento (‘transmisión’). En la corriente de derecha todos estos elementos están ausentes. No hay que entender todo esto como un fenómeno en blanco y negro, sino como un espectro, ya que algunos grupos presentan sólo algunas de estas características, hasta llegar al Krama, que las lleva todas al extremo. Por otro lado, el Śaiva Siddhānta se apega por completo a los Vedas, y no haría nada que ofendiese a los brahmanes tradicionales.
I: ¿Pero todas estas corrientes están basadas en los Āgamas?
H: Sí, es correcto. Así que cuando digo que se apegan a los Vedas lo único que quiero decir es que los seguidores del Siddhānta no ofenderán los Brahmanes tradicionales y seguirán una práctica que no sea ofensiva para los Vaidikas (practicantes védicos), pero su práctica también proviene de los Āgamas e incluye yoga, un yoga detallado, que no está presente en los Vedas.
Volviendo al tema del contenido del libro, la segunda parte es la sección de historia y abarca el segundo tercio del libro. Hay mucha información sobre el linaje de Krama, porque aunque no sea tan conocido aún, es bien importante, mucho más importante de lo que antes se sospechaba. La tercera parte, que comprende el último tercio del libro, cubre la teoría de la práctica: shaktipāta, dīkshā, el papel del gurú, la teoría del ritual, la estructura del ritual Tántriko, etc. Por último, la conclusión, que gira en torno a cómo practicamos el Tantra en el mundo moderno, y más puntualmente, cuáles son los problemas que entraña el realizar esta práctica.
I: Todo esto es muy interesante, pues con algo de esfuerzo podemos encontrar las escrituras y traducirlas, sin embargo, el uso del sánscrito en ellas puede ser distinto del convencional por el hecho de que muchos autores tántricos utilizaban un lenguaje alegórico, también llamado ‘lenguaje crepuscular’, lo que significa que si el traductor no conoce el contexto, la traducción podría no resultar correcta.
H: Esto es especialmente cierto en el caso de los mantras, pues los mantras están escritos en un código especial, y aquí surge una pregunta interesante: ¿podemos retomar una antigua escritura, encontrar la práctica y comenzar a realizarla? Debe haber una transmisión de la práctica para que ésta pueda funcionar de verdad, una transmisión mediada por un maestro practicante. Sucede lo mismo con los mantras, para que un mantra funcione para ti, necesitas haberlo recibido de alguien a quien le haya funcionado, o alguien a quien le esté funcionando. En otras palabras, si un mantra está vivo para mí y he alcanzado algún grado de mantra-siddhi, algún resultado a partir de este mantra, puedo transmitirlo a alguien más en un ambiente de práctica y este mantra puede también funcionar para esa persona. Si sacas el mantra de un libro, éste no será más que un conjunto de palabras, con la rara excepción de algunas personas que ya están tan maduras y listas que el mantra cobra vida de forma espontánea. Algunas veces hemos visto que esto suceda –alguien abre un libro y el mantra casi salta fuera de la página, cobra vida y comienza a vibrar en el cuerpo. En casos así, la persona puede usar este mantra, puesto que no lo obtuvo del libro, sino directamente de Shiva, el libro sólo fue un medio. No es posible iniciar la práctica basándote en un interés intelectual, puesto que es necesario que haya una transmisión; sin embargo, si tomas una antigua escritura y en ella encuentras alguna práctica con la que tu corazón realmente resuene, puedes comenzar a hacerla, aunque debe haber una vibración en tu ser, ésa es mi creencia. Puedes tener dos fuentes de transmisión, una es el gurú, o maestro, quien vive las enseñanzas, y la otra la constituyen las escrituras, si es que cobran vida, ésa es la clave, necesitan en verdad cobrar vida para ti, no pueden quedarse solamente en tu mente.
I: Pero en el mundo occidental moderno no es tan fácil encontrar a alguien que pueda dar una transmisión, es mucho más fácil acudir a la biblioteca o incluso estudiar sánscrito para poder leer las escrituras.
H: Es verdad, pero nada de eso va a funcionar. De hecho, argumentaré que no es posible obtener nada de un libro o escritura si no has tenido algún tipo de reunión con un maestro real. Por ejemplo, en mi caso, de joven conocí a una poderosa maestra de quien recibí la transmisión.
I: En este punto, ¿podrías contarnos un poco más sobre tu historia personal, quizá a partir de tu infancia?
H: Mis padres comenzaron a practicar formas tradicionales de meditación cuando yo tenía 7 años. Muchos hippies de los años 60 y 70 se interesaron en la meditación y yo tuve la suerte de que mis padres encontraran un camino tradicional y auténtico. Ellos estudiaron con Baba Muktānanda, y cuando yo tenía 16 años conocí a Gurumayī Chidvilāsānandā de Siddha Yoga. Como tú sabes, ella publica videos y libros, pero en su āshram se vive un ambiente considerablemente tradicional; ella imparte enseñanzas en mantra y yoga y yo viví en su āshram por tres años. Cuando la conocí por primera vez, experimenté un poderoso despertar interno, que se conoce como shaktipāta, que me transformó desde dentro. Es así que a la edad 24 años, sin haber nunca asistido la universidad, decidí que amaba tanto aquellas enseñanzas que quería estudiarlas a tiempo completo, y eso fue lo que hice. Aquello pasó hace 14 años, y en ese entonces también comencé a enseñar (con el permiso de mi gurú). Así que soy una de esas personas, tengo un historial de práctica que era hasta cierto punto superficial, y por supuesto que meditaba y todo eso, comparado con lo que sé ahora era muy superficial.
La tradición espiritual de Siddha Yoga tiene muchas enseñanzas hermosas, pero no transmitían las prácticas del Tantra, sólo citaban algunas de las escrituras tántricas, lo que significa que sí había un cierto conocimiento de las doctrinas del shivaísmo, pero no de las prácticas reales; en las prácticas sólo pedían repetir Om Namah Shivāya, y coordinarlo con la respiración, instrucciones muy simples, lo cual estaba bien, pero yo también quería conocer las prácticas secretas. En Siddha Yoga no enseñaban estas prácticas y tampoco las conocían. Así que me fui a estudiar con académicos que también eran practicantes, como Paul Muller-Ortega, quien era un devoto de Maharshi Mahesh Yogi de MT (Meditación Trascendental) y también de Gurumayī Chidvilāsānandā, aunque también era muy devoto de Abhinavagupta, de quien recibió un tipo de transmisión, y ésta es la parte que algunas personas miran con escepticismo; sin embargo, yo creo que si tienes suerte puedes recibir transmisión de un maestro antiguo. De hecho, tanto mi maestro Paul como yo tuvimos una experiencia al leer a Abhinavagupta en sánscrito y recibimos algo que se sintió como una transmisión. Si Abhinavagupta es un Mahāsiddha, entonces no está atado por el tiempo ni el espacio, de tal forma que podemos recibir una transmisión viva de su parte. Ésta es mi experiencia, o al menos así es cómo interpreto mi experiencia. Así que he estudiado a Abhinavagupta de forma muy cercana, y él nos proporciona mucha orientación en cuanto a la práctica, no es sólo un filósofo, como mucha gente piensa, la mayor parte del Tantrāloka gira en torno al ritual y en buena medida también gira en torno al yoga; lo que sucede es que la sección del Tantrāloka de la que se han tomado las citas corresponde a sus primeros capítulos, que son los de filosofía, y esto es porque en el Tantra (como en la mayoría de las tradiciones de la India) primero es necesario establecer la visión de la realidad y después se aprenden las prácticas. Las prácticas constituyen la mayor parte del Tantrāloka pero la gente nunca lo ha sabido porque no están traducidas, aunque eso va a cambiar en los siguientes años.
I: Escuché que algunas personas opinan que el linaje del Shivaísmo de Cachemira terminó con la muerte de Swami Lakshman Joo, puesto que él no le dio el gurú dīkshā [abhisheka] a nadie.
H: Estoy de acuerdo.
I: ¿De verdad? Pensaba que quizá él no era el único, sino sólo el más conocido en Occidente.
H: Sí, pero lo que sucede es que hoy en día el shivaísmo no existe más en Cachemira. Yo he estado ahí y las últimas familias que sabían algo acerca de esta tradición se han mudado a Delhi; así que la tradición ha desaparecido de Cachemira, pero sólo en fechas recientes, es decir, en los últimos 10 ó 20 años. Aun así, la tradición continúa en otras formas: aquellos que estudiaron con Lakshman Joo de manera cercana, como John Hughes, Bettina Baumer o Alexis Sanderson; con maestros como Swami Satyānanda en Bihar, así como otros en Tamil Nādu y Bengala que continuaron con otros linajes de la tradición. Cachemira no fue el único lugar donde floreció el Tantra no dualista, sólo fue hogar de uno de sus linajes más famosos, de tal forma que el final del “shivaísmo de Cachemira” no significó el final del Tantra no dualista.
I: ¿Piensas que el fin del shivaísmo de Cachemira se debió a la guerra civil?
H: Bueno, los musulmanes han ejercido presión sobre ellos [los brahmanes de Cachemira] durante 700 años, así que el número de brahmanes del shivaísmo de Cachemira ha ido en declive desde el año 1300. Lo que tenemos es un proceso histórico que ha estado sucediendo a lo largo de 700 años y justo ha culminado en los últimos 20 años, por lo que antes que nada me gustaría decir que deberíamos dejar de utilizar el término shivaísmo de Cachemira, ya que no es un producto originario de Cachemira, sino una tradición pan-india, pues además de la India, también estuvo presente en Nepāl, Java, Bali, Camboya y en otros reinos. El término shivaísmo de Cachemira sólo se refiere a los escritos de los grandes maestros que tuvo esta tradición en Cachemira, pero el Trika en sí mismo también se practicó en Tamil Nādu y en Mahārāshtra, por lo que no es exclusivo de Cachemira. De hecho, hasta donde sabemos, Swami Lakshman Joo fue el último gurú del Trika per se, ya que no dio abhisheka, es decir que no creó un sucesor, aunque sí otorgó la transmisión a Mark Dyczkowski, Bettina Baumer, Rameshwar Jha y a otros más. Aunque no haya un sucesor mucha gente recibió una poderosa transmisión de su parte y le dio continuidad a su obra. Por otro lado, el shivaísmo también sobrevive en algunas versiones del Śrīvidyā en el extremo sur, y así sucesivamente. Yo creo que la gente debería comenzar a entender que el shivaísmo no es una religión separada del shaktismo, de hecho, en Bengala existen algunas formas de veneración a Kālī que son exclusivamente Shākta, pero aquí el tema es que si quieres separar Shaiva de Shākta, te darás cuenta de que Abhinavagupta era más Shākta que Shaiva, él sólo usaba el nombre Shiva cuando se dirigía a los no iniciados; para sus iniciados, él era un devoto de las diosas, que veneraba a Parā Devi, Parā Vāk [La Diosa Suprema, La Suprema Palabra], y en su práctica interna secreta veneraba a Kālī. El punto aquí es que en su práctica y culto personal, Abhinavagupta veneraba sólo a la Diosa, por lo que es un mito completamente incorrecto considerarlo un Shaiva o decir que Cachemira es Shaiva y Tamil Nadu es Shākta, puesto que la tradición siempre fue Shākta-Shaiva, siempre fue parte de una misma cosa.
I: ¿Cuáles son las escrituras más tempranas que describen el sistema de la anatomía sutil –el sistema de chakras y nādīs, que fue adoptado y descrito en escritos como el Hatha Yoga Pradīpikā y algunos de los Yoga Upanishads, como el Yoga Kundalinī Upanishad, el Amrita Nadu Upanishad, etc.? Por ejemplo, el sistema de chakras más conocido es una traducción del siglo XIX del Shat-Chakra Nirupana por Arthur Avalon (Sir John Woodroffe).
H: Sí, éste es un tema muy importante y hay una sección del libro que toca este tema. En la antigüedad, a los chakras también se les llamaba ādhāras o sthānas (como en Mulādhāra), ādhāra significa punto focal de meditación y también se les dan otros nombres. Los sistemas de chakras más antiguos documentados datan quizá del siglo VIII, y eran sistemas de cinco o seis chakras.
I: Pero si tomamos textos como el Siddha Siddhānta Paddhati, veremos que los chakras y los ādhāras son descritos como dos conceptos separados, donde los ādhāras son puntos en el cuerpo para la concentración y los chakras son como los conocemos.
H: Sí, pero en la antigüedad no eran dos conceptos diferentes, sino simplemente sinónimos; así que esta fisiología del cuerpo sutil se desarrolló por completo dentro del Tantra. Desde luego que tenemos un par de referencias efímeras provenientes de otras fuentes tempranas, como los Yoga Sūtras, que nos dan una idea de los conceptos de nādī, chakra, y además hay un kurma-nādī, que debe significar canal central; sin embargo, Patañjali no da ninguna explicación de esto y sólo se refiere a ellos de pasada: un posible chakra, un posible nādī, unas cuantas referencias en los Upanishads, pero muy pequeñas. Quizá hubo una tradición oral, pero no estamos seguros. Lo que sí sabemos es que las descripciones sistemáticas completas de la energía del cuerpo sólo vienen en el Tantra. Así que la encontramos en un cierto número de fuentes tempranas, y Abhinavagupta también da un sistema de cinco chakras.
I: Es interesante, porque el Tantra tibetano también usa cinco chakras en lugar de siete.
H: En el Tantra clásico el cinco es siempre el número, ¿por qué? Por los Pancha-Mahābhūtas. Para los Tantrikas, el sistema de chakras que se utiliza hoy en día en occidente es una locura, pues los elementos se terminan al nivel de la garganta, en la garganta se encuentra el Espacio, ¿y luego qué? El espacio debe estar en la coronilla, es chid-ākāsha, el cielo de la consciencia, así que el espacio no puede estar al nivel de la garganta. Ésta es la visión del Tantra clásico: debe haber cinco chakras primarios, aunque también puedes tener muchos otros chakras, 28 chakras está bien, pero deben ser cinco chakras primarios. Los cinco chakras son el Triángulo, también conocido como yoginī-vaktra, la boca de la yoginī cerca de la base del cuerpo, que después sería conocido como mulādhāra, en donde se aloja el elemento Tierra. El agua se encuentra en el “kanda” (abdomen bajo), seguido por el fuego, que de acuerdo con este sistema, se localiza en el corazón, lo cual tiene mucho sentido y es aquí [en el corazón], donde brota la flama. De acuerdo con el sistema de Śaiva Siddhānta, el germen de esta flama es el inicio de la kundalinī. Para el Kaula Trika, existen dos kundalinīs: la kundalinī inferior y la kundalinī superior, de las cuales la inferior constituye la energía sexual. De acuerdo con esta corriente, la kundalinī inferior debe elevarse y la kundalinī superior debe descender. De hecho, este concepto se conservó entre los linajes que siguen una práctica auténtica. Un aspecto muy importante es que la energía trascendental debe aterrizar en la encarnación, mientras que la energía primigenia debe ascender y por lo regular ambas se encuentran en el corazón. Ésta es la razón por la que poseemos esa flama, conocida como el germen de flama que nace a partir de esa unión. El loto del corazón se abre, surge el germen de la flama.
Éste no es el único sistema dentro del Tantra tradicional, de hecho, existen múltiples sistemas. Así que, por ejemplo, en los textos del Siddhānta no existen los chakras inferiores, pues este sistema no pretendía trabajar con la energía sexual, así que sus cinco chakras son: corazón, garganta, paladar, tercer ojo y coronilla. El hecho es que hay distintos sistemas de chakras, y originalmente todos tenían cinco chakras principales, y los demás chakras eran menos importantes, y por supuesto que todos ellos son puntos donde enfocamos la energía durante la meditación, ¿y qué es lo que enfocamos? Prāna, visualización y mantra. De acuerdo con el sistema Tántriko clásico, estos tres elementos unidos conforman el yoga: vibramos con el mantra, llevamos ahí el prāna y visualizamos algún elemento o color. Los Kubjikā Tantras son muy importantes para nosotros, ya que presentan un sistema de chakras que influyó en el Hatha Yoga y en el Tantra hindú postclásico.
Hay un par de eruditos que han demostrado que el Hatha Yoga casi definitivamente proviene de un linaje del Tantra de la India llamado Shāmbhavānanda, aunque este conocimiento aún no se ha difundido. En este linaje se veneraba a Navātma-bhairava, la consorte de Kubjikā, y también a Shrīvidyā [Lalitā], y se enfocaban de manera particular en la práctica física, que en algún momento derivó en el Hatha Yoga. ¿Cómo es que sabemos esto? Bueno, hay muchos lugares, uno de los cuales se localiza en Mahārāshtra, donde encontramos pinturas murales de los Nāth Siddhas y de los Mahāsiddhas, y en esas mismas cuevas y ambientes de práctica también encontramos imágenes de Kubjikā y Lalitā. Asimismo, contamos con una traducción reciente de una escritura muy importante, llamada Matsyendra Samhitā, que data que data del año 1300 y afirma ser la enseñanza que Goraksha recibió de Matsyendra. ¿Cuáles son los mantras contenidos en este texto? Se trata de los mantras de Kubjikā y Shrīvidyā, por lo que este texto resulta ser clave en la transición del Tantra al Hatha Yoga. Luego, el Hatha Yoga proporciona prácticas que se originaron en este medio ambiente tántrico y con frecuencia contaban con sistemas de chakras de 7 (6+1), mismos que después se popularizaron en occidente. Y es aquí donde surge el gran problema que enfrentamos en la actualidad, ya que en occidente se piensa que éste es EL sistema de chakras, y la gente no se da cuenta de que tan sólo es uno entre muchos sistemas posibles e incluso existen linajes vivos que lo enseñan, puesto que se transmitió del Tantra al Hatha Yoga y de ahí hasta nuestros días. En resumen, lo que se ha perdido es la diversidad del conocimiento, y es ahí donde occidente se confunde; los occidentales son muy dogmáticos en comparación con los indios de la antigüedad… aunque los indios modernos también son muy dogmáticos. Por dogmático me refiero a la gente que quiere saber qué sistema es el “verdadero”, ¿siete chakras, cinco, o algún otro? Todos son verdaderos, dependiendo de qué práctica estés realizando, ya que hay infinidad de formas de trabajar con el cuerpo sutil, de tal modo que los Tantras presentan más de un sistema de chakras, también más de un mapa, y nada de eso resulta un problema, ya que cada uno de ellos es apropiado para una práctica determinada. La pregunta es, ¿qué práctica quieres hacer? La respuesta es simple y directa, el problema se debe a que al no existir un linaje, los occidentales miran todas estas fuentes y les parece que hay un conflicto entre ellas, pero por tradición, cada gurú muestra lo que sus discípulos necesitan para su práctica y en este sentido no hay conflicto alguno.
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